NaNoWriMo: saca el escritor que llevas dentro
Laura Hevia//
Noviembre se acaba y el NaNoWriMo se acaba con él. ¿Nano…qué? National Writing Novel Month, o lo que es lo mismo, el mes en el que escritores aficionados y ya consagrados buscan darle un empujón a esa historia que ronda sus cabezas pero que no saben por dónde abordar. Gana quien logre escribir 50.000 palabras en 30 días…¿aceptas el reto? Más de 1.500 personas en España lo han hecho.
Prólogo
No hay temor más común entre los escritores que el miedo al folio en blanco. Escribir, retocar, borrar, abandonar, volver a escribir y volver a borrar. Así, una y otra vez, una historia que iba a escribirse sola acaba desterrada a la montaña de aquellas ideas que pudieron ser algo pero no fueron.
Michael Ende, el creador de grandes mundos como La historia Interminable o Momo, aseguraba que las ideas no aparecen de la nada, que no se puede esperar como quien aguarda a que llegue un tren a que una buena historia se caiga de bruces contra el escritorio y cobre vida sola. Ende decía que a la mente hay que educarla, que era posible combatir la llamada «parálisis creativa» si se lograban organizar las ideas y enfocar los pensamientos de un modo constructivo.
Y se podría pensar que el escritor y periodista Chris Baty buscaba exactamente eso, conseguir dar salida al anquilosamiento de la mente cuando decidió en 1999 asentar las bases del NaNoWriMo.
Vaya palabreja, pensaréis. Se trata del acrónimo de National Novel Writing Month, o lo que es lo mismo, el mes nacional de escribir novelas. Entonces es… ¿Nanogrüaimo? ¿Nanogrüimo? ¿Nanobrimo? Y la verdad es que no importa demasiado, porque aquí el reto está en escribir.
Capítulo 1: De la tinta al teclado
Internet está lleno de retos, pero eso no es una novedad. ¿Quién no recuerda el famoso Ice Bucket Challenge? ¿O acaso no se ha puesto ahora de moda entre los famosos —y los que no lo son tanto— grabarse totalmente quietos a modo de maniquí? Bien, pues aunque a veces sea fácil cuestionárselo, la red de redes también es el germen de retos útiles y que apuestan por la creatividad.
Octubre es sinónimo del mes del dibujo y de la tinta. Y lo es desde que, en 2009, Jake Parker decidió presionarse a sí mismo y retarse a subir cada día un nuevo dibujo a sus redes sociales o blogs etiquetándolos con el hashtag #inktober. Hoy, casi siete años después, miles de artistas deciden que no hay mejor forma de implementar sus habilidades en la ilustración que la presión y la competición.
Y así, con la idea de competir, se cambia de mes y de ámbito, pero no de esencia. El NaNoWriMo nació como un evento en el que 21 amigos decidieron embarcarse para dar rienda suelta a aquellas tramas que parecían no avanzar en ninguna dirección. ¿Y de qué forma? De la única en la que el ser humano parece reaccionar: intentando superar al que tiene al lado. Porque sí, porque las personas son así, porque todo el mundo tiene ese gen competitivo que muchas veces le traiciona y le hace perder, pero que otras muchas es el que le impulsa a tratar de avanzar y no darse por vencido. Así, los participantes pueden añadir a “writting buddies” o “colegas de escritura” y competir por ver quién escribe más deprisa.

A día de hoy, son más de 30.000 personas en 90 países los que buscan escribir su novela y superar el reto: alcanzar el techo de 50.000 palabras en un plazo de 30 días, lo que equivale aproximadamente a una historia de 175 páginas.
Capítulo 2: Motor social
Para participar en el NaNoWriMo se requiere de una inscripción —gratuita, eso sí—. La propia web aconseja crear un buen perfil que pueda servir incluso como carta de presentación, al fin y al cabo, este reto podría llegar a ser un buen espejo en el que ver reflejado el potencial de cada escritor. La web también pide que el registro se haga ya en octubre, para indicar así un título —que puede ser provisional— y una breve sinopsis de la futura obra. Durante el proceso de alta, se pide indicar la región del autor. Y es que el NaNoWriMo no solo es una plataforma online, también funciona como motor social.
En concreto, Zaragoza es una de la ciudades que más se vuelca, año tras año, con este reto internacional. Charlas, cursos, quedadas… todo por la escritura. La programación se abría a finales de octubre en la FNAC Plaza España, donde se daba la bienvenida a la edición de 2016 de este reto y a un calendario repleto de actividades.
Cinco escenarios como contenedores de grandes consejos. Además de la FNAC Plaza España, el Caixaforum, la Biblioteca para Jóvenes Cubit, el café Nolasco y la Bóveda del Albergue tienen el sello NaNoWriMo. Y es que en lo que llevamos de mes, se han llevado a cabo alrededor de una quincena de actividades en los diferentes espacios, todas bajo el amplio paraguas de cómo construir una buena historia.
Ha habido cabida para mostrar cuáles son las mejores herramientas digitales: usar Scrivener o SafeCreative han centrado algunos de los talleres impartidos en el Caixaforum. Allí, los asistentes pudieron familiarizarse con una de las mejores aplicaciones de escritura del momento o entender cómo se puede registrar una novela, teniendo en cuenta los derechos de autor.
Pero la técnica se ha combinado estos días con algo menos preciso, como es el estilo y la inspiración. Algunas de las charlas que se han llevado a cabo han buscado explicar cómo aportar la dosis exacta de pasión a una novela corta o cómo hacer los diálogos entre personajes reales y verosímiles.
Y nunca es un mal momento para conocer a gente con la que compartir gustos y aficiones, así que el challenge del escritor por excelencia también ha servido —y lo sigue haciendo— para organizar quedadas en las que escribir, competir y, sobre todo, compartir experiencias. De hecho, Zaragoza fue la sede el pasado sábado 19 de noviembre de La Peligrosa Noche de la Escritura en la que un grupo de jóvenes escritores dedicaron toda una noche a dar rienda suelta a su imaginación y escribir rodeados de diferentes historias y de diferentes perspectivas.
Para la recta final, la Biblioteca Cubit ha reservado un encuentro con el escritor Jordi Serra i Fabra, mientras que la Bóveda del Albergue ya prepara la tradicional entrega de premios. Será el sábado 3 de diciembre cuando tendrá lugar la fiesta de despedida del NaNoWriMo de este año, que cerrará la noche con un concierto de #Noveladores.
Capítulo 3: ¿Hola? ¿Inspiración?
Pero, ¿qué pasa con la novela? ¿Con qué se rellena? Pues con cualquier cosa. Sí, aquí y ahora, prima la cantidad sobre la calidad. Este reto está hecho para empujar la imaginación, para que los personajes sepan hacia dónde ir, aunque el escritor en cuestión no lo esté expresando como sería necesario. Noviembre es por y para teclear, para producir ideas, conectarlas y darles forma.
Quedarse en blanco no está permitido. Y si llega a ocurrir, la web sale en rescate. La plataforma se actualiza de forma periódica con entradas que incluyen consejos sobre cómo organizar la trama, describir ciertas escenas o simplemente para dar ánimos y decir «venga, tú puedes». Además, los mismísimos Maggie Stiefvater, Alexander Chee, Jenny Han o Alaya Dawn Johnson, entre otros escritores, cuelgan todo tipo de consejos «desatascadores» a través de los llamados Pep Talks.
¿Nada? ¿No sirve? Sin problema. Además, del reto general, el NaNoWriMo está compuesto de pequeños retos internos que sirven para dar un empujón a esa trama que se ha quedado suspendida en el aire. Los hay sencillos, como dar comienzo a un simple sprint para ponerte al día, pero también los hay que juegan con la historia y llegan a encauzarla.
«La próxima escena debe comenzar con lluvia y truenos». «En el próximo capítulo debes incluir un tobogán, una señora con sombrero y una estación de trenes». Son solo ejemplos, pero bien podrían estar sacados de la plataforma. Y es que así, de esta manera, esa escena avanzará sola, saldrá de donde se había quedado anquilosada y reanudará el ritmo. Pulirla será cosa de otro mes.
Epílogo
Desde amateurs hasta escritores ya consagrados, cualquiera puede sumarse al reto. Noviembre es por y para la literatura, la imaginación, la creatividad. Y como todo reto, fallar es una posibilidad. Pero aquí perdiendo también se gana. No llegar a las 50.000 palabras no es un fracaso, sino una pequeña victoria. Al fin y al cabo, sin el NaNoWriMo probablemente la cifra sería mucho menor. Hasta el año que viene, wrimos.
«No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo«
Oscar Wilde