Nos siguen matando

Danna Forigua//

– «No sé qué pasa. Se han escuchado como unos seis disparos seguidos acá en Santa Fe de Antioquia» – Cuenta Zay por medio de sus historias de Instagram. De fondo se ven las estrechas calles oscuras sin un alma en pena. Vecinos asomados por las ventanas intentando averiguar el chisme mientras se escucha el estruendo de un tiroteo. 

Colombia, siglo XXI y nos siguen matando

Ha sido una lucha constante entre políticos, corrupción y guerrilla. El pueblo se pregunta ¿qué pasa? Si hay un presidente que nos protege, si se está en proceso de un acuerdo de paz que nos brinda tranquilidad, si los militares y policías son los que nos cuidan. 

Pero parece que bastó con cuatro años del Gobierno Duque para que el terror volviera a las calles. Sí, así como la famosa época de Pablo Escobar. Cuando un colombiano o colombiana llega a cualquier lugar del mundo le dicen: Ah sí, Colombia. Hay una serie de Netflix, narcos… Allí nació Pablo Escobar y es rica en coca. ¿Y una cómo hace para quitarle esa fama a un país lleno de cultura y lucha social si la historia se repite?

Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel”, fue capturado en un operativo denominado “Osiris”. El capo más importante que lideraba la organización del Clan del Golfo fue extraditado a Estados Unidos, el pasado 4 de mayo. 

  • «Quería contarles que seguimos en confinamiento obligatorio por el paro armado del Clan del Golfo, pero estamos bien» – Prosigue al día siguiente Zay (@mariquisimojuvenil) en sus historias de Instagram – «Parece que estuviéramos de nuevo en pandemia. Es domingo, quisimos salir a comprar mercado para abastecernos esta semana, pero ni el D1 está abierto» – dice mientras muestra el centro de Santa Fe totalmente desocupado. 

Doy click y paso la historia. Se observa una fila de aproximadamente 40 personas al frente de la puerta principal de un establecimiento muy conocido para mercar. Al lado, una patrulla de la policía, haciendo guardia. 

  • «Señora ¿esta es la fila para poder entrar al D1?»
  • «Sí mijo, pero no están dejando entrar»
  • «Vea pues, que gonorrea de fila y ni están atendiendo» – prosigue Zay reportando informalmente a sus seguidores. Siendo yo una de ellas, enterándome de lo que sucedía. 

El Clan del Golfo hizo circular un panfleto anunciando el paro, en 178 municipios y 11 departamentos, tras la extradición de su líder. Durante cuatro días, contando las noches, casi la mitad del territorio colombiano estuvo bajo el poder intimidador de este grupo narcotraficante.

El comercio no abría sus establecimientos por miedo a morir. Quien abriera, un disparo y tomé su pepaso. Los colegios no pudieron dictar clases, porque quien fuera a estudiar, ¡pum!, tomé su pepaso. El transporte público no pudo transitar por las calles, porque no, en este caso no te mataban, sino que te incendiaban. 

«¿Y qué hizo Duque? ¿Qué hizo el ejército? ¿Por qué no apareció el ESMAD?» Era lo que manifestaban mis insta-amigos y los medios independientes de mi país.

Esto mismo me preguntaba yo. Acostada en mi cama, con un rayito de sol asomando por mi ventana anunciando que pronto llegará el verano a España. 

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En la última marcha estudiantil a la que asistí en Bogotá (recordando que es la capital y la menos afectada por la guerrilla), llegaron dos tanques del ejército a la Nacho, Universidad Nacional de Colombia. Nos comenzaron a bombardear con gases lacrimógenos, mientras el ESMAD, Escuadrón Móvil Antidisturbios, disparaba “balas de goma” directamente a los manifestantes. Al punto de quitarle un ojo a una de ellas. 

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Duque reaccionó dos días después del paro, anunciando un bloque de búsqueda. El ejército nunca apareció. La policía, tampoco, y el ESMAD, mucho menos. Cuatro días donde el salir a la puerta de tu casa, era una probabilidad de morir. Donde la corrupción hizo presencia y los entes de “seguridad y protección”, nunca estuvieron. Donde hubo más de seis muertos, 180 vehículos atacados y un desabastecimiento en 11 de 23 departamentos. 

Entonces, acá la pregunta es: ¿Por qué cuando unos estudiantes se manifiestan por sus derechos en la capital de Colombia, llegan dos tanques, el ESMAD, hay un bloqueo militar y un toque de queda para que no haya “disturbios”? y, ¿por qué cuándo una organización de narcotraficantes armados anuncia un paro donde hay tiroteos, matan gente, inhabilitan las carreteras, incendian vehículos, amenazan profesores; sólo anuncian un “bloque de búsqueda”? 

Parece chiste, pero es anécdota. El vivir dignamente, seguros y libres no debería ser el privilegio de unos pocos. 

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