Óscar Martínez: “Contar bien no salva a nadie o a casi nadie”

Génesis Palma//

El reportero, en su último libro Los muertos y el periodista, mezcla el ensayo con la crónica dentro del contexto violento de las bandas criminales en El Salvador. 

Óscar Martínez (El Salvador, 1983), es jefe de redacción en El Faro y lleva más de una década escribiendo sobre la travesía migratoria forzosa en Centroamérica. Desde 2010, participa en el proyecto Sala Negra de este diario digital, cuyo principal objetivo es descifrar las claves de la violencia en los países centroamericanos. Esto le ha llevado a conocer la violencia de las distintas pandillas como la Mara Salvatrucha 13 y también de la propia policía de su país. Uno de sus libros más conocidos es El niño de Hollywood, en el que presenta diversas bandas criminales mediante el perfil de uno de sus sicarios. Otras obras destacadas de este autor son: Los migrantes que no importan, La bestia y Una historia de violencia: Vivir y morir en Centroamérica. 

Las anotaciones en su libreta, las grabaciones de voz y sus más de diez años de experiencia en el oficio, cubriendo noticias en uno de los países más violentos del mundo, han permitido a Óscar Martínez escribir Los muertos y el periodista. El reportero combina con maestría un ensayo crítico sobre la profesión del periodista con crónicas llenas de adrenalina, y cuyos protagonistas son sicarios, narcotraficantes, policías corruptos, pandilleros, o como él los llama: víctimas y victimarios. Este libro narra una historia vertebral basada en los asesinatos de tres hermanos salvadoreños, Rudy, Herber y Wito, y está hilada con otros relatos secundarios. 

Deformidad, salvajismo y crueldad. Estos son los adjetivos que utiliza el escritor para anunciar lo que leeremos y sin duda, no miente. En su obra, con el hilo conductor de los tres asesinatos, Martínez relata la cruda realidad de nacer en una sociedad violenta como la de El Salvador, donde parece que las únicas posibilidades para ser alguien son formar parte de una banda criminal o ser un policía corrupto y homicida. Nos presenta las dos caras de una misma moneda: una ennegrecida y violenta que hace convertirse a un niño en pandillero y asesino, y otra más humana, en la que este no es más que otra víctima del sistema. Juega con la antítesis: el bueno y el malo, el pandillero y el policía, la víctima y el victimario. 

A través de crónicas y sin pelos en la lengua, el reportero también pone sobre la mesa un tema controvertido: la masacre de pandilleros y civiles a manos de los cuerpos de seguridad del país, que estos hacen pasar por “enfrentamientos”.  Así pues, en estas crónicas se emplea un lenguaje descriptivo y atroz que nos traslada a un escenario desesperanzador repleto de violencia y brutalidad. Incluso podemos percibir la frustración de Óscar Martínez al afirmar: “Contar bien no salva a nadie o a casi nadie”. De esta manera, el autor realiza una fuerte crítica a la policía, al sistema judicial y a la sociedad salvadoreña.

Portada del libro Los muertos y el periodista de Óscar Martínez
Portada del libro Los muertos y el periodista de Óscar Martínez Fotografía: Génesis Palma

Entre asesinatos, violaciones, crónicas de la masacre de San Blas, viajes migratorios a Estados Unidos y entrevistas con pandilleros, Óscar Martínez, a modo de ensayo, realiza una profunda crítica al periodismo. Se cuestiona en su obra si la profesión cambia vidas, su respuesta es: “Tras la aparición de los periodistas, algunas vidas no son iguales. Son peores”. De esta forma, trata aspectos como la honestidad del comunicador, la necesidad de aportar una mirada diferente, la objetividad en el trabajo periodístico, así como también los fallos y aciertos del oficio. 

Otro de los puntos fuertes es que no se limita solamente a juzgar estos aspectos, el escritor aconseja sobre cómo desarrollar mejor la labor periodística a partir de sus experiencias fallidas. Así pues, incita a los comunicadores a ser sinceros con sus fuentes, a saber cuándo deben parar con una historia, pero sobre todo a investigar e indagar. Todo ello para desviarlos del camino de aquellos profesionales de la comunicación que no se hacen preguntas, que repiten como loros la versión oficial empleando palabras marchitas o que únicamente se preocupan por publicar. 

Igualmente, para que su ensayo sea más sólido, utiliza citas de figuras reconocidas en el mundo de la comunicación como Alma Guillermoprieto, Martín Caparrós, Ryszard Kapuscinski, Rossana Reguillo, entre otros. El ensayista destaca una cita de Guillermoprieto que resume lo que es para él el periodismo: “Un oficio que te da un privilegio inmenso y una enorme responsabilidad: atestiguar el mundo en primera fila”. 

El periodista Óscar Martínez se encuentra presente en todo el relato, no solo mediante sus crónicas y reflexiones, sino también como un personaje más. Se muestra transparente y sincero, cuenta como las pesadillas invaden sus noches y acaba tomando duchas frías para congelar sus pensamientos. Se cuestiona en distintas ocasiones. Destaca aquella vez en que una mujer hondureña le contó que había sido violada en su viaje migratorio; para él fue una historia repetida más, que ya había escuchado cientos de veces. Sin embargo, el cronista sigue sintiendo pasión por su profesión. “Nunca supe entender el periodismo sin explosiones de dopamina”, afirma.  

Rudy, Herber y Wito, tres asesinatos que marcan el inicio y el fin de Los muertos y el periodista. Tres homicidios que enterró el sistema judicial salvadoreño, así como los cadáveres de estos en fosas comunes. Un libro que nos muestra un mundo donde la violencia está normalizada y forma parte del día a día.  Como el mismo escritor expone, un mundo donde solamente “hay muertos, punto”. 

Ficha técnica: 

Título: Los muertos y el periodista 

Autora: Óscar Martínez 

Editorial: Anagrama

Año: 2021

Ciudad: Barcelona, España

Número de páginas: 232

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