Odei Alkazar: Drag como estilo de vida

“Cuando eres pequeño, nadie te dice que puedes ser Drag Queen”. Nació en Pamplona en 1998 y hace tres años que comenzó en el mundo del Drag. Lo que al principio era un mero pasatiempo, actualmente se ha convertido en su estilo de vida. Su personaje, Sussie Pussie, es una mujer con carácter que no deja indiferente a nadie.

Adriana López Marturet //

Cuando era pequeño, organizaba espectáculos en el parque para los niños y padres allí presentes: “Yo era un niño súper alegre y extrovertido. Juntaba a 25, 30, 40 niños con sus padres y me ponía a dar un monólogo, a bailar, a hacer piruetas…y ahí estaban todos, aplaudiéndome”.

No sabe cuál era el motivo que le impulsaba a hacer aquello, pero tiene claro que le gustaba llamar la atención. A los 12 años, le dijo a su madre que quería vivir de la farándula. Ella, sin tomárselo en serio, le respondió como cualquier madre respondería: “Claro que sí, hijo, claro que sí”. Hoy, 8 años más tarde, su madre ha tenido que cambiar el discurso: “El otro día, hablando con ella, me dijo: ‘Hijo, que sepas que estoy muy contenta porque lo has conseguido’”.

Odei Alkazar odia los clichés y odia definirse, pero cree que “para entablar estas conversaciones es necesario definir unas etiquetas para que tú y yo nos podamos entender”. Se considera una persona de género no binario: “Hay días que siento que soy más chico, hay días que siento que soy más chica y hay días que me da exactamente igual. Entonces, no me considero hombre, pero tampoco mujer. Me considero algo. Ya está”. Odei Alkazar siempre había pensado que era gay hasta que conoció a Selene, su pareja. Sentado a su lado y mirándola, afirma su bisexualidad. También se ha dado cuenta de que le atraen otras mujeres poderosas como Cher, Ylenia o Dolly Parton.

Hace un tiempo, decidió que no quería estudiar más. Prefería dedicarse a cosas como a las que se dedica hoy en día: es codirector de un campamento de ocio y tiempo libre, expone sus proyectos artísticos en diferentes centros culturales de Pamplona, es profesor de batucada y trabaja como Drag Queen en un show que se realiza cada sábado en Orkoien, un pueblo cercano a la capital navarra.

Para poder ser la persona que es actualmente, tuvo que hacer frente a una infancia llena de obstáculos: “Toda la represión que vives cuando eres pequeño, el hecho de que te insulten, de no tener amigos y de tener la sensación de que nunca vas a encajar en ningún sitio, te sirve para ser lo que eres en el futuro”.

No les guarda ningún rencor a todos aquellos que durante tantos años de su vida lo llamaron “maricón”, lo dejaron de lado, y, en general, se lo hicieron pasar tan mal. Incluso admite estar agradecido: “A todas esas personas les diría que gracias. Gracias por hacerme lo que me hicisteis porque gracias a todo ello, a lo mal que me lo hicisteis pasar, a todas las veces que me pegaba horas y horas pensando y llorando, ahora soy lo que soy. Me habéis regalado lo más grande que me podía regalar nadie: seguridad”.

Esta seguridad hace que Odei Alkazar se sienta orgulloso de su trayectoria vital: “Yo vivo feliz, sigo hacia delante con mi vida”. Cuando era pequeño, no se planteaba cómo sería su futuro: “Cuando lo pasas mal, no te imaginas nada. Vas día a día. Además, en cuanto a ambiciones, cuando eres pequeño nadie te dice que puedes ser Drag Queen. Como me gustaban los animales, decía: ‘Quiero ser biólogo marino’. ¿Me gustaba? No. Pero algo tenía que ser”.

La vida da muchas vueltas, y cosas que nunca habías imaginado son las que pueden proporcionarte felicidad. Hace tres años que Odei Alkazar creó a Sussie Pussie, su personaje Drag. Al principio, Sussie era un mero pasatiempo, una forma de evadirse de la realidad. Sin embargo, se ha convertido en su vocación y en su estilo de vida. Ha conseguido hacerse un hueco en el mundo del Drag, y en Pamplona.

Selene y Odei son una pareja singular, no normativa. Tienen un estilo muy característico que no pasa desapercibido. Ambos van vestidos de negro. Odei lleva unos pantalones campana, una camiseta con cuello en “v” y un pañuelo rojo a modo de cinta en su larga melena. Selene, por su parte, viste unos pitillos y una camiseta básica. Sentados en el interior de una de las acogedoras cafeterías de la Plaza del Consejo de Pamplona, Odei comienza a hablar sobre su experiencia en el mundo del Drag. Selene le ayuda. La conexión especial que tienen entre ellos es evidente. A medida que avanza la conversación, Odei va transformándose poco a poco en Sussie, su personaje.

Todo empezó hace tres años, cuando Odei decidió hacerse unas fotos “de lo más cutres” con Selene. Se puso una falda y se pintó el rabito del ojo. No pensaba que su personaje fuese a llegar tan lejos, por lo que no se pensó demasiado su nombre Drag: “En ese sentido he sido súper poco original. El nombre surgió viendo un capítulo de La Que se Avecina en el que aparece un personaje llamado Sussy Pussy. Me encantó tanto, que dije: ‘Pues Sussie Pussie’. Eso sí, cambie la ‘y’ del final por ‘ie’. Algún día me denunciarán por copyright, y ya está (risas)”.

Odei no tenía ninguna expectativa de futuro con Sussie Pussie, pero sus “amiguitas mariconas” comenzaron a llamarla así y se le quedó el nombre. Una de ellas fue, precisamente, quien unos días después de las fotos con Selene le propuso participar en la que sería su primera fiesta Drag. Aceptó.

A los 4 meses le llamó Donatella Mani, otra de sus amigas, para decirle que buscaban una Drag Queen para un show que se realiza todos los sábados en Orkoien, un pueblo de la Cuenca de Pamplona situado a cinco kilómetros de la capital navarra. Cogió todo su maquillaje y fue a hacer la prueba. “A la media hora ya me habían cogido”, recuerda. Así, algo que en un principio era puro entretenimiento se ha convertido en su estilo de vida: “Me llena y también me da dinero. La gente me conoce, me llama para hacer entrevistas y tengo mi lugar en Pamplona”.

De esta manera, el personaje de Sussie fue creciendo poco a poco. Aunque nunca ha dejado de crecer. Cada vez que actúa se puede descubrir un poquito más de ella, nuevas facetas que antes no habían salido a la luz. Siempre hay situaciones que nunca antes había experimentado y ante las que debe reaccionar. Por ello, es un constante aprendizaje.

Para que el personaje pueda crecer, en primer lugar, hay que crearlo, y, para crearlo, se suele necesitar alguna inspiración. “Tenía claro que Sussie iba a ser extra-femenina y extra-putonazo. Quería explotar ese lado que a mí me encanta. En cuanto a la personalidad, me inspiré en La Lore de Aída, que desde chiqui me ha encantado. También en Ylenia, de Gandía Shore, que me parece lo más. Hablando de estética, me inspiré en cualquier choni poligonera de los 2000, aunque también me gustan las Cowgirls del Western americano con sus cardados, sus flecos… como Dolly Parton, por ejemplo. No sé. Me gusta todo. Lo mismo te salgo como choni poligonera, que te salgo como una mujer que cuida un rancho en Texas, que te salgo como una dominatrix. Me viene todo bien”.

Odei se siente muy a gusto con su trabajo. Es consciente de que los comienzos en esta profesión no son fáciles, pero él disfruta con su personaje y asegura que estos primeros pasos en el mundo del Drag están siendo “una gran experiencia”.

 “Los comienzos son difíciles si tienes expectativas de lo que quieres ser. Me refiero, si dices: ‘Quiero ser Drag Queen, llegar a Madrid, trabajar y ganar mucho dinero’, los comienzos van a ser una puta mierda porque no te va a contratar nadie, te van a pagar poco y te vas a frustrar. Si te da igual, lo haces por diversión y te sale un curro, dices: ‘Hostia, pues los comienzos están siendo guays’. Porque cuando no tienes expectativas de lo que quieres ser, te conformas con cualquier cosa”.

La expectativa de muchas Drag Queens es trabajar en Madrid. La capital, y en concreto el barrio de Chueca, son “la meca del travestismo”. Esto hace que allí se concentren gran cantidad de Drag Queens y que, por ello, sea complicado encontrar trabajo: “Son cuatro bares los que hacen espectáculos, y estos bares ya tienen a sus cinco Drags. Entonces, llegar a Madrid y actuar es muy difícil. Yo estoy segura de que en Pamplona tenemos una situación muchísimo mejor, tanto de medios de trabajo como de repercusión económica”.

Selene, que asiente con la cabeza a lo que dice Odei Alkazar, añade: “Yo creo que en cualquier sitio que no sea Madrid, porque al ser el núcleo y la meta de toda persona, ya no solo en el drag sino en el maquillaje, peluquería…pues al final se concentra todo. Pero, tenemos amigas por ejemplo en Santander, que se dedican a ir en coche al resto de comunidades porque no hay Drag. Entonces, tienen un montón de trabajo y se dedican exclusivamente a eso. Pero si viviesen en Madrid, pues igual no llegarían a fin de mes”.

De momento Odei Alkazar vive el presente. Y su presente está en Pamplona. Junto a Donatella Mani, Albina Stardust y Gata al Kuadrado, forma un grupo de cuatro Drag Queens que tienen como objetivo visibilizar y normalizar el Drag en la ciudad. Son conscientes de que, aunque haya mucha gente que las apoya y admira, las Drag Queens no están bien vistas por ciertos sectores de la sociedad. “A veces vamos por la calle y hay gente que nos dice: ‘Qué guapas estáis, olé vosotras’. Pero también ves gente que te mira mal, o te grita ‘maricón’”. Estas cosas hacen que haya quien quiera dedicarse a ello, pero no se atreva a intentarlo. “A mí eso me da mucha pena. Pero no hay que forzarse. Cada persona tiene que hacerlo cuando tenga la fuerza para ser ella misma y cuando tenga la fuerza para aguantar las reacciones de la gente”.

Ser Drag Queen no es algo común, por lo que puede ser objeto de rechazo incluso por parte del entorno más cercano: “No pienses en que no vas a gustar a tu familia. A ver, siempre con cabeza, claro. Si tu familia te va a echar de casa, plantéatelo. Un techo antes que un tacón. Ay, qué buena frase. Podría ser perfectamente el título de una canción”. Inmediatamente, comienza a cantar esta frase con distintas melodías. Me lo apunto. Podemos estar ante el nuevo hit del momento.

Aunque Odei Alkazar se tome con humor esta situación tan delicada y se muestre libremente y sin reparos como Drag Queen, el temor a cómo puede reaccionar la gente nunca desaparece del todo. “A veces sigo experimentando miedo. Mi compañera de trabajo, por ejemplo, sale de trabajar y se va hasta casa sola, travestida. Yo no lo voy a hacer en mi puta vida. Porque entiendo que nos guste o no, estoy corriendo un riesgo. Un riesgo que no voy a asumir. Yo quiero ir, trabajar, pasármelo bien y llegar a mi casa sin ningún problema. No es menos empoderamiento por no hacerlo. Es simplemente precaución. No me la voy a jugar a juntarme con una panda de gilipollas y que me den una paliza. No me apetece”.

Cada Drag Queen es un mundo. “Lo mejor es ser fiel a lo que quieres que sea tu personaje Drag. Porque, por ejemplo, a Sasha Velour le diría: ‘Ponte una peluca’. Pero entonces él te va a decir: ‘Maricón, es que yo soy así’. Por lo tanto, lo que tú sientes que está bien, es lo que te va a hacer diferente y lo que te va a hacer ser Drag”.

 

 

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