Verano Desastroso III: Las aventuras (veraniegas) de Ana Belén y coño

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que las vacaciones de verano son el mejor momento del año para el 90% del planeta Tierra. Excepto si eres becario o vives en Magaluf, entonces probablemente estés a punto de tirarte por la ventana en este preciso instante.

Sin embargo, un poco antes de llegar a los destinos deseados, a esos paraísos terrenales o ciudades cosmopolitas con las que soñamos, el avispado turista deberá pasar por un trámite infernal. Un trámite de tres palabras y quince letras; hacer las maletas.

Una maleta es un cubículo de tamaño y color aleatorios, rodeado por bolsillos donde inevitablemente meterás aquellas gomas del pelo, bragas, horquillas y cepillo de dientes que justo diez minutos antes de salir de casa te percatas de que te habías olvidado. Porque hacer una maleta correctamente es un arte que muy pocos dominan y que  combina algunas de las disciplinas más antiguas; un poco de origami te permitirá doblar las prendas de una manera primorosa- cuentan las leyendas que cierta persona dobló un calzoncillo con forma de grulla-.  También deberás tener ciertos conocimientos de videojuegos, en especial del popular Tetris, ya que conseguir introducir todos los elementos necesarios para una semana de vacaciones puedes ser una tarea titánica- no hay que olvidar que si te vas siete días la norma no escrita dice que te lleves doce pares de calcetines, quince camisetas y un sinfín de porsiacasos. Por último sería necesario un curso express de yoga y relajación, que te ayude a superar los comentarios de todos aquellos que te quieren convencer que no tienes ni idea de preparar un equipaje.

Pero hay veces que esta tediosa, y muchas veces desesperante labor, te proporciona pequeños momentos de genialidad. Y de hacer las maletas y de momentos de genialidad sabe mucho Ana Belén Rivero. Licenciada en Bellas Artes y natural de Granada, Ana Belén se define como su autoeditora, su guionista, su dibujante, su webmaster, su directora de Comunicación, su jefa, su becaria/chica del café, la mujer que le ata los cordones y su peor enemiga. La ilustradora cuenta que cuando estaba haciendo las maletas para irse de vacaciones garabateó esto en su cuaderno. ¡Se iba de vacaciones con su coño!

Decidió subir el dibujo a su cuenta de Instagram y, lo que un día fue un garabato políticamente incorrecto, se hizo viral. Comenzó una serie de viñetas donde humanizaba al coño y  que, gracias a una campaña de crowfunding, evolucionaron en su primer libro: Somos pobres en euros pero ricos en pelos del coño.

Una oda al coño, a la vulva, a la vagina y a todos aquellos montes de venus que han sido largamente marginados en la literatura universal. En él,  Ana Belén retrata las aventuras genitales que han vivido ella y su compañero de viajes y de vida, Coño. Pese al éxito de su libro, esta Géminis amante de las croquetas y de Hora de Aventuras tampoco se libra de tener su verano desastroso. Hemos preguntado a Ana Belén por la cara menos bonita del verano y esto es lo que nos ha contado. (*)

* Pedimos disculpas por no poder contactar con Coño, pero nos han dicho que…se ha ido de vacaciones. 

Ana Belén, cuéntanos un trauma de verano, de esos que te marcan la infancia

Una avispa me picó en un ojo un día antes de irme de campamento.  Con la cara de Cuasimodo me subí en un bus hacia Cantabria. Tenía una hinchazón que oscilaba de ojo según cambiaba de postura para dormir. Ni que decir tiene que reunía todos los atributos necesarios para ser vilipendiada: pre-adolescente entrada en carnes con la cara desfigurada por la picadura de una avispa. Podéis imaginar cómo se cebaron conmigo.

Para ti cuál sería el tópico más odioso del verano, ese que se debería eliminar pero que ahí sigue año tras año. ¿Y cuál es el «no tópico» (eso que nunca te esperas que pase en verano pero que está ahí oculto)?

ESTO.

Y con respecto a lo que no me espero pero que siempre surge-ruego respeten mi franqueza- : hemorroides.

-El peor momento de todos los veranos para ti es…

Ir a la playa con gente a la que le gusta la playa. Sí, esa gente que es capaz de pasar hoooras en una toalla rebozándose en arena pegajosa y aguantando cómo se reseca el salitre en la piel. Horas de tu vida que nadie te devuelve.

Son sonados los amores de verano, pero ¿has tenido algún desamor de verano?

El 90% de las rupturas que he vivido han acontecido antes de que comenzara el verano. Pero como el calor anula tu capacidad de pensar, no he tenido tiempo de sentirme despechada porque o estaba echando la siesta, o estaba enganchada a un grifo de cerveza.

¿Cuál fue tu peor verano? ¿Por qué?

El comienzo del verano pasado fue duro porque estuve trabajando a destajo ultimando los detalles del libro. Pero no podría decirte que fuera el peor, también tuvo cosas muy buenas. Realmente como los peores… Recuerdo los veranos en época estudiantil en los que tenía asignaturas pendientes para septiembre.

¿ Y alguna experiencia de chiringuito de playa? ¡Cuéntanos!

Los chiringuitos son un oasis en ese infierno en la tierra que es la playa. Aunque debo decir que merecen excomunión todos los chiringuitos que sirven la cerveza en vaso de plástico. Y luego está el momento aseo de chiringuito: ten narices a entrar en ese lodazal de excrementos con chanclas.

¿De qué canción del verano has acabado hasta las narices?

Te envío poemas de mi puño y letra,

te envío canciones de 4.40

(y tras leer esto, la cancioncita infernal se meterá en tu cabeza sí o sí)

PD: ¿Qué carajo son canciones de 4.40?

¿Nos puedes dar una conclusión de por qué los veranos no siempre son de color de rosa?

Las facturas no se pagan solas en verano.

Autores:

22 años en el DNI,17 para los porteros de los bares.Me gusta cundir, hablo mucho, soy un imán para catástrofes y anécdota andante. Cualquier día publico un libro y me hago famosa, mientras tanto escribo sobre las vidas de los demás. Colecciono recuerdos a través de postales y cuando tengo dinero viajo para ampliarlos.

Dibujo historias y hablo por los codos. Soy chafardero y tozudo, es decir, curioso y con tesón. No concibo este mundo sin cajas y sin libretas. De pequeño quería ser el hombre del tiempo, pero me encontré al Periodismo y me fui con él.